La historia que nos ocupa en esta ocasión está dedicada a Ana.
En el mes de mayo de 2012, Ana comenzaba a encontrarse mal. Sus padres la llevaron al hospital donde le harían pruebas a primera hora de la mañana y siendo ingresada pocas horas después. Su diagnóstico: leucemia. A las siete semanas aproximadamente, pudo salir del hospital para dormir en casa, pero casi diariamente tenía que regresar para seguir con el tratamiento.
Belén (la madre de Ana) contaba que su hija había madurado mucho en esos meses. “No sabía lo que era la leucemia. Lo primero que dijo fue: pues menos mal que no es cáncer. Tuvimos que explicarle que era un cáncer de la sangre y me preguntaba si se iba a morir”, declararía su madre con tristeza.
Sus ilusiones: una foto con Iker Casillas y volar en helicóptero. La primera ya la tiene e incluso dedicada. La segunda ……
A través de la Fundación Pequeño Deseo, se ponen en contacto con la Dirección General de Tráfico explicando la situación de Ana. El engranaje burocrático se puso en marcha y la respuesta no tardaría: Ana podría volar en el helicóptero de Tráfico.
El 15 de noviembre fue la fecha elegida. Ana es asturiana y la base propuesta resultó ser la de La Coruña (por ser la más cercana a su domicilio).
El Jefe de la Patrulla de Helicópteros de la base coruñesa, Bernardo Cortijo, estaba encantado con el proyecto.
Y por fin llegó el día. Aquel 15 de noviembre de 2012 ….

Con una sonrisa cautivadora, Ana llegaría al mediodía al aeropuerto de Alvedro y tras realizar los últimos trámites de seguridad con Aena, se dirige a plataforma acompañada de sus padres, de Bernardo y de algunos miembros de la patrulla (J.J. -piloto y Pepe -mecánico).
Ana está muy nerviosa y también muy ilusionada. Bernardo la invita a subirse al asiento del copiloto y le ayuda a colocarse los arneses de seguridad.
-¿Qué te gustaría ver Ana? Le pregunta.
-«El mar. Lo que más quiero ver es el mar».

Pero Ana no viajaría sola. La acompañarían su padre, su hermano y Camino, la coordinadora asturiana de la Fundación que hizo realidad su ilusión.
-Abeja xx para Coruña Torre, buenos días …..
-Abeja xx de Torre, adelante, buenos días……
-Abeja xx en parking habitual …. cinco personas a bordo ….. con plan de vuelo visual local…… solicito permiso para despegar y salida por W1 …..
-Torre para Abeja xx, autorizado salida desde presente posición para W1. Buen vuelo!!
El aerodino despegó lentamente de su posición para dirigirse hacia el punto de identificación W1, a un par de millas de Alvedro. Desde ese punto Ana, vería el mar desde unos 1500 ft de altitud (sobre 460 metros).

La Coruña al fondo. Se puede ver la Torre de Hércules, hacia la derecha superior.

En la vertical de la ciudad, rumbo hacia la Torre de Hércules.

Una maravilla romana.

Sobrevolando la plaza del ayuntamiento. La Plaza de María Pita.
Llega el momento del regreso a base y Bernardo permite que Ana le ayude a los mandos. Toma la palanca del cíclico (de forma asistida) y realiza la aproximación a Alvedro.
Tras unos 30 minutos de vuelo en servicio «especial», la abeja 2x toma en plataforma y desciende Ana con una sonrisa de oreja a oreja signo de la emoción y alegría de haberlo conseguido.

Ya no se acuerda de que meses atrás tuvo que abandonar el colegio para recibir las clases de forma particular en el hospital. La quimioterapia se llevaría su melena pero positivamente abandonaría la peluca para llevar un pañuelo.
La planta de oncología del hospital es un lugar muy duro donde además a los pacientes se los mantiene aislados para evitar complicaciones con las defensas. A pesar de todo, Ana ha hecho amistad con otros compañeros de planta y está empeñada en convertirse en «voluntaria» de una fundación como Pequeño Deseo para animar a otros niños enfermos a que también cumplan sus sueños.
«Al principio tenía miedo pero es irrepetible«, comentaría Ana Linares a los medios de comunicación después haber hecho realidad su sueño. «Hemos ido por A Coruña, la Torre de Hércules y hasta Sada. Se ve todo mucho mejor que en un avión«.
Ana ha dicho que le ha encantado la experiencia y ha animado a otros niños enfermos o con problemas de salud a que sean siempre «optimistas y positivos» para tratar de superar sus dolencias.
Esta experiencia de volar “supone un aire fresco dentro del proceso de la enfermedad” ya que resulta “muy duro”. Sin embargo, a pesar de los difíciles momentos por los que atraviesa, Ana es una persona “muy positiva” y “luchadora”, declaraba su madre.

Ana Linares saldría de Alvedro con un diploma de piloto honorífico expedido con su nombre debajo del brazo, un título que le ha otorgado la DGT por su buen hacer «y por guapa y simpática», ha bromeado el jefe de la patrulla, Bernardo. «Sólo hemos dado tres, así que fijaos que honor», ha rematado.
Meses más tarde. Bernardo Cortijo recibiría un emotivo regalo de Ana, como muestra de agradecimiento por todo el cariño recibido.


Bernardo Cortijo, emocionado, no tardaría en llamar a Ana para agradecerle el regalo. Debo decir que la comunicación entre Bernardo y Ana no ha sido esporádica sino constante.
El desenlace
El 31 de julio de 2013 Bernardo Cortijo me decía:
«Hoy ha sido un gran día,algunos recordareis la noticia en Noviembre pasado,Ana tenía un gran deseo…volar en helicóptero,Ana tenía leucemia y digo bien TENÍA,me acaban de comunicar sus padres que trás la última punción medular los médicos dan por eliminada la enfermedad,dando el alta definitiva a Ana,una familia llena de alegría llorando de emoción y yo,su padrino aeronáutico loco de contento,iremos a verla a Oviedo y celebrarlo,gracias a Dios ..y a los médicos VIVA POR ANA ha sido un ejemplo de lucha,tesón y esperanza,hoy en casa somos más felices»
BRAVO ANA!!!!
ENHORABUENA!!!!

Fuente: Bernardo Cortijo. Jefe de la Patrulla de Helicópteros de La Coruña. DGT.