Los periódicos locales anunciaban en 1967 que la base de Levante tendría su sede en Alicante. Finalmente fue en la Base Aérea de Manises, en octubre de 1974, donde se instaló la Patrulla Levantina. Tenían como objetivo cubrir una zona realmente conflictiva en cuanto a problemas de circulación y donde la creciente llegada de turistas europeos se estaba convirtiendo rápidamente en un serio problema de masificación.
La patrulla, en principio, se encontraba formada por los pilotos Santiago Aizpurúa, Juan Carlos Jiménez y el mecánico José Edesa. Con posterioridad, en calidad de fotógrafo, pasó a formar parte de la misma Salvador Giner. Ya en el año 1977 se incorporó un nuevo piloto procedente de la Dirección General de seguridad, Antonio Olivo.
No se puede calificar como de muy afortunado el inicio de las actividades de la recién creada Patrulla de Helicópteros de Levante, dependiente de la Jefatura Provincial de Tráfico de Valencia.
El primero de los helicópteros con destino a Manises, un augusta-Bell 47 J, partió de Madrid llegando un poco más tarde de lo previsto. El que pudiera considerarse vuelo inaugural se encontró con algo tan imprevisible como era, en aquellos momentos, una situación climatológica adversa localizada en las proximidades de Requena.
La abundante niebla obligó al helicóptero a aterrizar cerca de una carretera local. Aparentes mejorías momentáneas de la meteorología indujeron al comandante de la aeronave, Aizpurúa, a realizar varios intentos de proseguir el vuelo, lo que dio lugar a que el helicóptero se quedara sin el combustible necesario para llegar hasta Valencia, debiendo esperar la llegada del mecánico de servicio, José Edesa, a bordo de un Renault 4-L de la Jefatura Provincial de Tráfico, en cuyo interior viajaban, además, varias petacas de gasolina para el frustrado Bell.
De la experiencia se aprendió la lección. Con ocasión de diferentes traslados de helicópteros Augusta-Bell G2 (cuya autonomía resultaba insuficiente para el viaje Valencia-Madrid) cuando se debían cumplimentar las operaciones de mantenimiento, al inicio del viaje del helicóptero, el mecánico Edesa, con su «4 latas» salía de Valencia repleto de combustible y en un lugar convenido de los aledaños del Embalse de Alarcón se procedía al repostaje. Posteriormente (casi siempre se trataba de un relevo de aparato) el mecánico debía esperar el regreso de la tripulación con el nuevo helicóptero procediendo a la misma operación.
Los helicópteros de la Patrulla a punto para su traslado al Levante.
Cuando de los avatares de la Patrulla de Helicópteros de Valencia se trata, no se puede dejar sin mención al Doctor D. Vicente Chuliá que, sin pertenecer a la Dirección General de Tráfico, permaneció, durante muchos años, fuertemente ligado a las actividades de la Patrulla y al Servicio de Helicópteros en general, hasta el momento en que la fatalidad le apartó de nosotros. Su perseverancia, fortaleza y fe ante la adversidad que representaban las continuas negativas a la normalización de su semiclandestina actividad sanitaria de emergencia, fueron todo un ejemplo para quienes tuvieron el honor de compartir aquellos vuelos pioneros de la asistencia de emergencia con helicóptero, sin más interés que la defensa de una filosofía de trabajo, en la que creía ciegamente y que, a pesar de sus detractores, ha terminado por imponerse para beneficio de la comunidad.
Desgraciadamente, los argumentos que exponía reiteradamente, en los que quedaban de manifiesto las graves deficiencias del sistema sanitario, determinaron su fallecimiento en accidente de circulación.
Las actuaciones humanitarias de la Patrulla de Levante muestran un sinfín de servicios de muy diversa índole e importancia: búsqueda de un avión estrellado en las proximidades de Chiva (1977) y de barcos a la deriva.
Infracciones captadas en carreteras levantinas por los helicópteros de Tráfico.
Se participa en las labores de ayuda tras las inundaciones del Levante el 21 de octubre de 1982, cuando el río Júcar se desborda debido a las intensas lluvias y provoca el colapso de la presa de Tous. como resultado de la avalancha de agua se produce la devastación de una amplia zona de Valencia con el resultado final de 38 muertos y 300.000 persona sin hogar. Con motivo de las inundaciones del año 1986, se le encomendó al Delegado del Gobierno la vigilancia del cauce del desbordado río Segura. Del resultado de sus informes dan fe las modificaciones practicadas sobre el mismo lecho del río llevadas a cabo con posterioridad.
En muchas ocasiones, la megafonía instalada en el helicóptero ha servido de ayuda para abrir paso a las ambulancias en la A-7 y E-6 (entrada a Valencia por la Autopista de Barcelona), donde se registraban cerca de 8 km de retención, en los tiempos del famoso semáforo de Europa. Avisando con los altavoces unos 500 m por delante de la ambulancia se conseguía crear un pasillo central por el que circulaba la ambulancia a mayor velocidad. Las regulaciones de tráfico en torno al citado semáforo eran conocidas en todo el continente por la importancia de los atascos que se producían antes de su desaparición y construcción de la variante integrada en la Autopista A-7.
Con motivo de la inauguración del Circuito de Velocidad en Cheste (Valencia) el 19 de septiembre de 1999, la regulación y vigilancia de los numerosos vehículos que acuden al Campeonato del Mundo de Motociclismo se ha convertido en una más de las misiones de esta Patrulla.Desde la base valenciana se prestaba servicio a las islas. Siempre que cruzaban el «charco», contaban con el apoyo de un avión T12 Aviocar del Ejército del Aire de escolta en vuelo. Actualmente el servicio de Vigilancia y Regulación de Mallorca, Menorca e Ibiza se realiza mediante un destacamento temporal que se establece durante los meses de verano coincidiendo con la afluencia masiva de turistas a las islas.
Puesta a punto de un Alouette III en el Aeropuerto de Valencia para efectuar una salida de Vigilancia.
En ocasiones, circunstancias ajenas a la carretera inciden de manera muy negativa en la fluidez del tráfico.
La delincuencia ….. de cerca.
Han sido varias las experiencias con delincuentes vividas en la Patrulla. Tras un gran número de infructuosas vigilancias, el temido grupo de peruanos que se constituyeron en el terror de los usuarios de la autopista A-7, due detenido por fuerzas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil con el apoyo del helicóptero de Tráfico.
Tras eludir un control de la Guardia Civil, y gracias a la colaboración de un trabajador encaramado en una torre de alta tensión, se localizó uno de los tres atracadores en las proximidades de Chiva.
El helicóptero destinado a labores de atención sanitaria es requerido para ayudar en la persecución del presunto delincuente. En el altercado que se produce durante su detención, el atracador resulta herido por disparos de la Guardia Civil, y curiosamente, el helicóptero que sirvió para localizarle se encargó de transportarle al hospital de la Fe. Sin embargo, no todo es dramatismo; durante este trayecto la enfermera de a bordo y el atracador entablaron una amistad que se cree trascendió meses más tarde de lo puramente aventurero.
La incorporación de los biturbinas permite el sobrevuelo de núcleos urbanos de más de 50.000 habitantes.
Fuente: Manuel Guillén (Jefe Área de la D.G.T.) y José Mª Rubio (Ingeniero aeronáutico y Director de Relaciones Institucionales de Eurocopter España)